ACERCA DE NECESITAR AL OTRO

Anan siento dentro de mí mucha molestia por sentir que necesito al otro, en este caso a mi pareja. ¿Podrías comentar algo?

 

Seguido escucho este discurso de la nueva era, que “no necesitas nada ni nadie para ser feliz”. Tenemos que tener cuidado con este tipo de discursos porque son perfectos para el inconsciente herido; lo que hace este discurso es seguir escondiendo nuestro rencor y el dolor que hemos guardado hacia el otro por haberme hecho daño y me escondo detrás de una pseudo-máscara de libertad de necesidades. Nos necesitamos, no desde las necesidades si no desde la comprensión que somos complementarios y podemos apoyarnos mutuamente para conocer cimas que por separado son muy difíciles de alcanzar.

Cuando conozco mis necesidades desde adentro, puedo pedirle al otro lo que necesito sin mendigar o exigir, y cuando el otro conoce también sus necesidades puede abrirse a darme lo que estoy pidiendo.  ¿Por qué es importante esto? Porque somos complementarios, entonces si nos abrimos a conocer lo que necesitamos, y al conocerlo sanar esa parte herida que tiene la necesidad, ahora puedo dar y recibir sin miedo a ser rechazado y el otro, si sanó sus heridas, va a entender la importancia que tiene porque si me apoya en darme lo que necesito, yo podré darle mis regalos internos y juntos podremos ir más y más profundo en un círculo que se retroalimenta en amor, en compasión, en alegría, en creatividad.

Al darme cuenta que necesito al otro surge el enojo porque tengo que perdonarme profundamente por todo el dolor que he guardado en mí y tener el valor de abrir mi corazón sabiendo que yo también he dañado a otros en muchas ocasiones y eso no me gusta. Cuando atravieso esa capa de dolor, entones estaré listo para recibir al otro en mi corazón nuevamente, estaré purificado para el viaje de la vulnerabilidad.  Al principio tendré miedo y estaré temblando porque me había acostumbrado a saber cómo ser desde la dureza de estar cerrado por el miedo a no sentir dolor, o el miedo a que me fueran a lastimar nuevamente, pero sin esa vulnerabilidad no puedo ir profundo en el conocimiento de mí mismo. Cuando descubres esto en tu interior, te vuelves profundamente agradecido con todos los que te hirieron y ese agradecimiento abre el corazón y te libera del dolor y libera a los otros de ti, porque mientras tú estás herido, en la herida tienes prisioneros a todos los que te han hecho daño. Es tiempo de perdonarnos profundamente los unos a los otros, solo así podremos volar juntos en el viaje de la libertad que tanto hemos soñado.

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