EL PARTO NATURAL EN LA ERA MODERNA

“El Grito Esencial” es un viaje psico-corporal que intenta reestablecer la energía vital dañada por la energía inconsciente que absorbemos desde la gestación y a lo largo de toda la infancia. 

A veces por estar desinformados y otras veces por estar demasiado informados con datos proporcionados por los medios y sus intereses creados, en la actualidad ya se tienen bases científicas y clínicas para poder replantear nuestra forma de vivir la gestación y el nacimiento de nuestros hijos.  En la antigüedad –quizás sin las bases científicas actuales- nuestros bisabuelos y más atrás nuestros ancestros indígenas concebían el alumbramiento de una forma muy diferente; podemos decir que era un parto natural en su totalidad.

En mis viajes por Sudamérica, cuando estaba recorriendo la zona donde se encuentra la cultura Aymara, cerca del lago Titicaca en Perú y Bolivia, estaba investigando a los Calahuayas, curanderos itinerantes de dicha región, y me tocó coincidir con Doña Adelia una comadrona de 99 años que viajaba por los diferentes poblados de los andes asistiendo a las mujeres parturientas.  En una ocasión tuve la fortuna de  ver cómo una mujer paría de pie tomada del trozo de un árbol que había sido colocado dentro de una casa y la comadrona se acostaba debajo de la mujer que estaba pariendo para recibir el niño. Una vez que el niño había salido totalmente, la comadrona lo tomaba y ayudaba a que la mujer que había alumbrado se recostara para entregarle al niño para que lo pusiera en su pecho. Mientras la comadrona esperaba que el niño respirara por sí mismo, hacia unos cantos sagrados para darle la bienvenida a la pachamama (madre tierra) y al cabo de unos 30 minutos pinzaba el cordón umbilical.

Todo estaba casi en oscuridad total con algunas velas para que los ojos del niño no sufriera al salir. No pude ver, en varios años que estuve viajando por regiones indígenas, a un solo indígena con lentes para leer. Luego me topé con algunas investigaciones que aseguran que la forma de nacimiento moderna con tanta luz en los hospitales, tiene una influencia en el daño en los ojos a temprana edad y la necesidad del uso de lentes. Entre otras cosas, me gustaría compartirles algunas conclusiones a las que ha llegado Michel Odent, un doctor Francés pionero en hablar de parto humanizado en occidente, luego de años de investigación científica:

“La primera hora que sigue al nacimiento conforma un periodo crítico en nuestro desarrollo de la capacidad de amar”

“La oxitocina está presente en la leche humana, es decir que un bebé que es amamantado, absorbe cierta cantidad de la hormona del amor a través del tracto digestivo”.

“En un parto natural, durante el parto y el nacimiento, el bebé libera sus propias endorfinas, de lo que se deduce que, en la hora siguiente al nacimiento, tenemos a una madre y a un bebé impregnados de opiáceos”.

El estrés, los miedos, la sexualidad genital reprimida y la moda en nuestra era moderna nos han alejado de nuestra naturaleza más profunda: el parir de forma natural. Esto acarrea todo tipo de trastornos psico-corporales que ese nuevo individuo recién nacido irá reflejando a lo largo de su vida, muchos de ellos condicionando su desarrollo.

Michel Odent señala que “el estado emocional de la embarazada tiene una mayor influencia a largo plazo sobre el niño que su estado emocional durante el primer año de vida del pequeño.”

Todo esto nos muestra que es urgente comenzar a replantear nuestra forma de parir y de educar a nuestros hijos; es emocionante ver que van surgiendo algunas propuestas basadas en el conocimiento ancestral llevadas a la investigación científica, lamentablemente son aisladas y no tienen el marco de difusión que tiene esta propuesta moderna carente de significado a la cual le llaman tradicional y de tradicional no tiene nada.  La gestación y el parto son las dos etapas más importantes de nuestra vida, dejan una huella que puede condicionarnos de forma negativa  para siempre.

Continuará…

 

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